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De lo sanguíneo a lo religioso I

En el discurrir del tiempo, la esencia religiosa del hombre, como ente espiritual y social ha sido tema de amplio debate para dar con una explicación aproximativa de lo religioso en él, no es menos cierto, que los apuntes antropológicos, filosóficos, históricos y teológicos no han mermado por llegar a una aproximación extensa a las divergencias que brotan entorno al hombre, como ese ser que se ve arropado, encadenado por lo religioso, donde se admite en algunos estudios la religación con lo divino. Lo que caracteriza al hombre de los animales es el marco racional ante los fenómenos naturales, esta religiosidad natural esta presente , como sello imborrable, desde la aurora de la humanidad, cuando en proclama de un hecho visual se transfigura en hecho de praxis y de un elemento acabado a como costumbre axiomática. Este hecho visual desfigura y desvirtúa su mente, estableciendo y legitimando de manera espontánea rasgos de lo verdadero y trascendente, encaminándolo a expresar una conciencia como principio y fin de su propósito de vida.

¿El hombre está condenando a ser religioso?, ¿Por qué el hombre es un ser religioso? ¿Qué es lo que hace que se vuelque totalmente a lo religioso y teniendo como meta lo divino?

A estas interrogaciones hemos hecho referencia de cómo las ciencias ha pretendido de manera tácita adosarse a lo religioso del hombre. A principio del siglo XX, dos escritores, que según referencias no habían tenido contacto alguno, sino mas bien habían recibido las influencias de Martín Heidegger, se hacían la misma interrogantes ¿Por qué es religioso el hombre?. Ambos escritores defienden el método de la correlación, la cual determina que no se puede dar respuestas a preguntas que nadie se hace y que toda pregunta o cuestión nace de una previa experiencia humana que la hace posible y le da sentido. Paul Tillich evidencia esa experiencia previa en la dimensión profunda en la que se encuentra el hombre a aquello que le concierne incondicionalmente, llamándolo o no Dios. Mientras, Xavier Zubiri dispone que dicha experiencia se equidista en la religación al poder último, posibilitante e impelente de lo real.

El conocimiento de Dios (dioses) que se construye el hombre, lo hace entrar en la intimidad de lo desconocido, aunque no todos los hombre admitan dicha intimidad de religación a la divinidad. Paradójicamente, lo espiritual o anímico del hombre y su autodeterminación o aquililatación a lo trascendente lo hacen asentir que él no es solo, que no se auto-proclama independiente a lo fenomenológico, que no es ausencia de eco alegatorio en su estrechez individual, que no es potestad y determinación absolutistas en las decisiones humanas. “el hombre no puede vivir sin arrodillarse... si rechaza a Dios, se arrodilla ante un ídolo de madera, de oro o simplemente imaginario” Fedor Dostoievski

¿En realidad está condenado el hombre a lo religioso? Mas luego, en una nueva entrega le hablare al respecto.

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