En tiempos de crisis triunfa el libro de bolsillo. Ése es el mensaje que transmiten las editoriales que mejoran la oferta, las ediciones y las estrategias de venta. Por ello, Babelia dedica un especial a un formato surgido en España hace 71 años.
Esta es la historia 999 veces contada en la que un personaje secundario, e incluso desdeñado, se convierte en héroe: el libro de bolsillo. Un formato que emerge como un valor seguro para afrontar mejor la doble incertidumbre que se cierne sobre el mundo editorial en España: la crisis económica mundial y la inminencia del libro electrónico y las lecturas en el ciberespacio que obligan a una reinvención del negocio literario.
Setenta y un años, cuatro meses y veintiún días ha tenido que esperar el bolsilibro para confirmarse como protagonista de su propio universo editorial español. De aquel debut el 30 de septiembre de 1937, con La rebelión de las masas, de José Ortega y Gasset, en Espasa-Calpe, y con intermitencias de popularidad y prestigio, se ha pasado a que sea el 9,1% de los 70.520 títulos editados anualmente, y represente el 12% de las ventas, afirma Antonio María Ávila, director ejecutivo de la Federación de Gremios de Editores de España (FGEE). Y sin dejar de crecer con novedosas ediciones que van desde el primer libro de todos los tiempos, el Gilgamesh, hasta los últimos éxitos de Cormac McCarthy, La carretera, o Mario Vargas Llosa, Travesuras de la niña mala, pasando por las Novelas ejemplares de Cervantes y todo Shakespeare.
Editores y libreros ratifican esta hora del bolsillo. No sólo ponen en él las esperanzas, al menos temporales, sino que lo visten de glamour y aceleran el proceso de dignificación del cual lo vienen revistiendo desde hace una década en la que ha crecido un 50%. Cumple, así, con su misión de dar una segunda vida a la creación literaria.
Más por menos. Ése es el mensaje que transmiten estos libros cuyo precio medio es de 6,40 euros. Renovaciones en su forma y presentación, más calidad en la edición, nuevas estrategias de ventas, periodos cada vez más cortos entre el primer lanzamiento y su paso a bolsillo, aumento de títulos publicados directamente en este formato, nuevas traducciones, variedad de autores y ampliación del catálogo de temas y géneros que han logrado que las librerías les dediquen más espacio, confirma Paco Goyanes, de las librerías Cálamo, de Zaragoza.
Pero su punto de venta fuerte, y principal aliado, son las grandes superficies. Entre otras cosas porque el tamaño pequeño de los ejemplares permite exhibir más en menos espacio, y el precio es el adecuado para los súper o hipermercados y grandes almacenes que lo incluyen en la cesta de la compra, según Michèle Chevallier, directora de la Confederación Española de Gremios y Asociaciones de Libreros (CEGAL).
Pocos artículos ofrecen tantas horas o días de placer por tan poco precio. Son un buen refugio. La prueba es Argentina, recuerda Victoria Chapa, de Punto de Lectura, porque durante su crisis económica, conocida como el corralito, a principios de la década, se demostró que los lectores encontraron en estos volúmenes su salvación.
Aunque España aún se encuentra a años luz del tratamiento que recibe este formato en el resto de Europa y en Estados Unidos, se va por buen camino, sobre todo si se hace una buena rotación del fondo y se aumentan los títulos inéditos, coinciden Blanca Rosa Roca, de Rocaeditorial y Rocabolsillo, y Valeria Ciompi, de Alianza, uno de los sellos emblemáticos, cuyo formato representa el 50% de su producción.
El auge del bolsilibro ha hecho que se reinventen algunos sellos (Puzzle de Roca pasó hace un año a ser Rocabolsillo), surjan nuevas líneas (MaxiTusquets con los títulos más vendidos, además de Fábula), se potencien bibliotecas de autor (Thomas Bernhard o Julio Verne en Alianza), se promocionen ediciones de tapa dura por temporadas como Navidad (Booket con los premios Planeta o los escritores más vendidos en todos los sellos) o para títulos o autores especiales (Castalia), se hagan grandes lanzamientos con inéditos (Sabor a chocolate en Punto de Lectura o Dominio en Debolsillo), se fortalezcan los estudios preliminares de cada obra como lo hacen Cátedra y Espasa Austral; aparezcan más sellos como Verticales de Bolsillo, del Grupo Norma, o Nórdica Libros con su serie Mini Ilustrados, o se independicen otros (Gredos con su serie Biblioteca Universal); se rescaten grandes fondos temáticos tipo Novela Negra en Zeta Bolsillo y RBA; se amplíen los puntos de venta para llegar a los quioscos (Anagrama), y, claro, se potencien aún más los best sellers, las novelas románticas y los títulos de autoayuda, y, finalmente, se arriesguen a incorporar nuevos géneros como la novela gráfica (Debolsillo con El maldito, tres días muerto). En este último apartado, según Josune García, de Cátedra, es decir, la incorporación de nuevos tipos de libros, estaría parte del futuro en este formato.
A esta puesta en escena se suman estrategias publicitarias tipo "Lleve dos libros de bolsillo y le damos otro" o campañas en Internet o webs especiales. "Nuestra vocación es llegar a todos los públicos", sentencia Nuria Cabutí, directora de la división Bolsillo de Random House Mondadori, cuyo sello Debolsillo tiene el 40% de la cuota de mercado española.
Si 2008 fue un año favorable para todas las editoriales con sellos de bolsilibros, desde otoño se percibe más entusiasmo, porque la coyuntura económica lo beneficia, opina Paz Gaspar de Booket, de Planeta. A ello se suma una serie de circunstancias, según Anik Lapointe y Manel Martos, de RBA y Gredos, respectivamente, como el crecimiento del sector, la coincidencia de buenos títulos y una fuerte presencia en librerías y puntos de venta.
Una prueba del valor seguro de este formato es el aumento del 25% en las ventas en enero para Punto de Lectura, de Santillana. Y no se trata sólo de cantidad de títulos, sino de calidad en cuanto al contenido y la forma, insiste Armando Collazos, director de Ediciones Generales de Santillana en España, quien asegura que van a hacer una mejor promoción, "y dar al libro de bolsillo el sitio que merece". Un formato que ahora se crece porque ya no es sólo, o preferentemente, para escolares y universitarios, sino que debido a su portabilidad parece jugar con cierta ventaja y ser un gran rival en los albores de tiempos digitales.
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