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Que gran negocio

Gran parte de mi vida me la he pasado estudiando la historia de Israel y sus contornos. Para departir de las brutalidades que se están suscitando en este instante entre Israel y la franja de Gaza debemos remontarnos muy atrás en la historia, sobre todo en el génesis de esta antipatía entre estos dos pueblos, que más que pueblo son hermanos. Pasando revista a esta enemistad recuerdo que un 13 de noviembre de 1974, todos los medios de comunicación del mundo tenían su vista puesta en las palabras que daría el principal líder, ya muerto, del la Organización para la Liberación de Palestina (OLP), Yasir Arafat, el cual se presentó por primera vez ante la Asamblea General de la ONU. Tras veintiséis años de silencio forzado, todos los representantes de las naciones, esperaban anhelante y ávido a este palestino. En pie, con los brazos extendidos hacia la audiencia, Arafat dijo: Hoy he venido con una rama de olivo en la mano (símbolo de la paz) y una pistola de combatiente de la libertad. No dejen que la rama de olivo caiga de mi mano. Repito: no dejen que el ramo de olivo caiga de mi mano. Esta fue la primera vez que Yasir Arafat habla de paz a su acérrimo enemigo de Oriente: Israel. No fue dos décadas después, el 13 de septiembre de 1993 cuando Yasir Arafat, líder de la OLP y el primer ministro de Israel, Isaac Rabin se fuman la pipa de la paz con un apretón de manos.

Aunque, tal y como afirma el historiador francés J.P. Derriennic, los problemas de Oriente Próximo son, en su mayor parte, una herencia de la Primera Guerra Mundial, la construcción del Estado de Israel en el centro del mundo árabe, tras la segunda Guerra Mundial, lo que hizo que la perilla de la granada detonara. Pero más que lo que afirma J.P.Derriennic, es más que un trasfondo de algo

Hablar de esta acérrima enemistad entre árabes e israelíes, es dejar caer dos pequeñas plumas en un río, a ver cual llega primero al mar. Todo inicia con la demora de Abraham y Sara para tener hijo, al pasar diez años en Canaán sin tener hijo, Sara encamina a Abraham para hacer cumplir la promesa, la cual no la podía lleva a cabo, pues era estéril. Imaginen, cuando Dios llamó a Abraham, este tenía 75 años, 80 años cuando le prometió un hijo, 86 años cuando nació Ismael y 100 años al momento de nacer Isaac. Según la ley mesopotámica de aquel entonces, una esposa estéril podía dar a su marido una sierva como mujer y reconocer como suyos a los hijos nacidos de esta unión. Pero, Abraham, ante la propuesta de Sara, se sitio incrédulo, pero cediendo al plan, trajo consigo todo esto que vemos hoy día. Agar, la sierva, quien mas tarde reacciona ante el trato duro que le dispendia Sara, echándose al desierto, pues desde el punto de vista humano la tomó tan solo como un objeto, como un recipiente para llevar a cabo una promesa, promesa que dio lugar al nacimiento de Ismael, el hombre fiero o como literalmente lleva el mote de asno salvaje, que es la caracterización mas aproximada de Ismael y sus descendientes, los árabes. Nómadas del desierto, amantes de la libertad, evitando toda sujeción, dispuesto a pelear contra cualquiera. Ahí encontramos la raíz de una enemistad entre Isaac (israelíes) e Ismael (árabes), los demás acontecimientos son parchos de la construcción de estos pueblos en la historia.

Hacer un listado de las vicisitudes, de los enfrentamientos de los israelíes o de los árabes, es trazar un crucigrama que nos llevaría al mismo punto de inicio. Hablar de los judíos en tiempo de los egipcios, de los babilónicos, de los Medo-persas, de los griegos, de su gran expulsión en el año 70 d.c, en tiempo de los romanos, para más luego convertirse en los judíos de la diáspora, con el desmantelamiento del centro religioso de Jerusalén. Tratar de exponer al judío errante, es trazar toda una línea desde la primera migración de la tierra de Canaán a Egipto hasta su última desde la antigua Unión Soviética hacia Israel, pasando por las deportaciones que siguieron a la destrucción del Templo y las expulsiones de países y ciudades de Europa (Inglaterra en 1290, Francia en 1380, España 1492, Praga en 1542, Viena 1670 y Moscu en 1891), esa es la historia del pueblo de los judíos, que a base de periplos a través del mundo ha tenido que lidiar en estos últimos tiempos el enfrentamiento a los árabes que ya estaban ocupando esas tierras, hasta ser proclamada la creación de Estado de Israel en el 1948. Desde que proclamaron la creación el Estado de Israel han sido constantes los enfrentamientos entre ambos bandos, marcados por la guerra de 1956, la guerra de los Seis Días, en 1967, la guerra del Kippur, en 1973, la guerra con el Líbano desde 1982 hasta el día de hoy.

Cuando terminó la guerra con la proclamación del Estado de Israel, en 1948, unos 700 refugiados árabes tuvieron que abandonar su hogar. La mayor parte permaneció en los limites del territorio de la antigua Palestina, en Gaza, 200,000 personas para el año 1992, en Cisjordania, 200,000 personas y en Transjordania, unos 100,000

Atendiendo al lenguaje bíblico, Israel no será destruido por la guerra, sino que todo apunta a que Israel será traicionado y obligado a aceptar un convenio en la mesa de la paz, y de ahí vendrá toda una hecatombe entre las naciones, para llevarnos la gran Armegedón que menciona el Apocalipsis, en su capitulo 16:16, donde los ejércitos del mundo se enfrentaran “en un lugar que en hebreo se llama Armagedon”, “arm”, que significa monte y “Meguido”, que se refiere a un lugar ubicado al norte de Palestina, aunque suena fantasioso o ficticio, pero desde el punto bíblico es lo que apuntan los acontecimientos.

Humanamente, ningún ser con dos dedos de frente apoya estos enfrentamientos, ni los bombardeos de Israel, ni los bombardeos de Hamas. Son muchas las victimas que se pierden por culpa de sus líderes, es lo que vemos hoy, niños desmembrados, cuerpos de hombres y mujeres mutilados, escenas dantescas. Los israelíes culpan a los de Hamas y los de Hamas dirigen sus dardos de culpabilidad a Israel. Los noticiarios dicen que Israel lleva la delantera con más muertes propinada a los árabes, mientras que muchos embajadores y asociados de Israel siguen aguijando y provocando la guerra. Cuanta irresponsabilidad hay en los hombres, que gran negocio es la guerra, dónde estarán los paladines de la paz “EUA”, que no le han metido la mano a Israel, a verdad, ellos apoyan esta vagabundearía, donde estará la ONU, que no ha retirado sus credenciales a los Israelíes.

Gran mentira e ilusión es esta vida, lo que es, no es, y lo que no es, es. A quien creerle, donde estará tu Chapulín……

A correr fanático

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