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Mostrando entradas de julio, 2014

Un mundo de veranos literarios

El verano es la manzana del paraíso literario. No sólo por la tentación que despierta en los autores escribir sobre ese periodo y su eterno efecto vivificador en los lectores, sino porque suele guardar la clave que define el destino del libro, el curso de la historia narrada.  Sí, ahí está en muchas obras clásicas cuando... …Bajo una luna veraniega, después de lunas incontables, el capitán Ahab avistó a Moby Dick… entre sus vientos cálidos se oscureció el destino de la Tierra Media, en  El señor de los anillos…  al amparo de sus sombras, Sherezada empezó su salvación en  Las mil y una noches…  por él y durante él, Alonso Quijano emprendió su aventura de desfacer entuertos… en uno de sus atardeceres Humbert Humbert engendró su deseo malsano por las nínfulas en  Lolita...  y su embrujo trastocó la vida de todos en  Sueño de una noche de verano... Pero, ¿a quién no le gustaría vivir su verano literario favorito? Juan Marsé querría ser invitado a las fiestas de  El gran Gatsby,  de

Melancolía y suicidios literarios

En  Melancolía y suicidios literarios  Toni Montesinos rastrea los caminos que a lo largo de la historia comunican la reflexión sobre el suicidio con las decisiones finales de aquellos escritores, filósofos y artistas que llevaron aquella idea a término. Más allá del estereotipo sociológico o psicológico, este libro aborda desde el campo de la literatura el estudio de la pareja «suicidio-melancolía», que tras un largo noviazgo de siglos, adquiere una presencia realmente desorbitada en el siglo xx, en el que proliferó de manera apabullante, oculta tras tecnicismos y enterrada bajo la sombra de la incomprensión.  Su temperamento melancólico hace al suicida víctima de la bilis negra, lo cual, como sabemos desde Aristóteles, no le convierte necesariamente en un enfermo, pero sí le condena a una cierta propensión a la enfermedad que los modernos conocemos como depresión. Por culpa de la bilis negra, uno de los cuatro humores clásicos, el suicida no tolera la sobriedad fría de la vida,

Who I am. Memorias

Pete Townshend, leyenda viva del rock y uno de los grandes incendiarios que, desde llamaradas como los Beatles, los Stones, Cream o Pink Floyd, encendieron una tormenta destinada a pulverizar los tedios establecidos y dar forma a una nueva manera de no ser viejo.  Pete y sus colegas fueron audaces pioneros en la trituración pública de instrumentos musicales y otros enseres igualmente valiosos, el abuso recreativo de sustancias no recomendadas por las autoridades sanitarias y el comercio carnal e indiscreto con admiradoras más o menos ingenuas. Pero Townshend es también el creador introvertido, el chico extraviado y el hombre roto que intenta comprender sus flaquezas para sobrevivir a sí mismo. De todo ello ofrece testimonio Who I Am, una de las memorias más auténticas y ambiciosas que se haya escrito nunca en el Olimpo de la música popular. « Un libro mucho más honesto de lo que esperaban sus admiradores. » Rolling Stone « El alma de los Who es un

Amazon lanza en EE UU una tarifa plana para los libros electrónicos

Perfecto para los lectores más empedernidos, no tanto para los que prefieren las lecturas escogidas y mucho menos para los autores, cuyo valor queda igualado. El nuevo modelo de suscripción de lectura de Amazon, de momento solo accesible desde Estados Unidos, ofrece acceso a 600.000 libros por 9,99 dólares al mes. Funciona tanto en sus aparatos como en las aplicaciones para iPhone, iPad y Android. En las condiciones de uso se indica que se pueden descargar hasta 10 libros simultáneamente. Unlimited, ilimitado en español,  como se denomina el servicio, incluye títulos muy populares como las sagas de  Los Juegos del Hambre, Harry Potter  y  El Señor de los Anillos , pero no promocionan grandes autores ni lanzamientos de las editoriales más reconocidas. Tras navegar por los archivos que ofrecen se observa que carecen de las últimas novedades, casi todo es fondo de catálogo, y libros que autopublican los autores. Los líderes ya no serán los más vendidos, sino los más leídos. Suena bie

El último lector

¿Qué es un lector? ¿Quién es? ¿Qué le sucede mientras lee? La literatura, advierte Piglia, da un nombre y una historia al lector. De don Quijote a Hamlet, de Bartleby al lector inventado de Borges, de Emma Bovary a Philip Marlowe, asistimos a una variedad infinita de lectores: el visionario, el enfermo, el compulsivo, el melancólico, el traductor, el crítico, el escritor, el filósofo y -¿por qué no?- el propio autor, Piglia como Piglia y como Renzi. ¿Qué es un lector? La respuesta «es un relato: inquietante, singular y siempre distinto.» «De entre la legión de escritores hispanoamericanos que se han alzado a los hombros del precursor Borges, es Ricardo Piglia quien tiene las mejores vistas sobre los paisajes y territorios de la literatura universal.» Süddeutsche Zeitung 1 ¿Qué es un lector? Papeles rotos Hay una foto donde se ve a Borges que intenta descifrar las letras de un libro que tiene pegado a la cara. Está en una de las galerías altas de la Biblioteca

El tren que paró la matanza

Los trenes tuvieron su parte de responsabilidad en la I Guerra Mundial: fueron fundamentales en la movilización de tropas —uno de los factores que hizo imparable la contienda— y luego continuaron llevando carne de cañón fresca hasta las trincheras. Es curioso, por tanto, que fuera en un tren donde acabó la guerra. Son muchos los trenes famosos, el Transiberiano, el Orient Express, el de Pancho Villa o el que atravesaba el puente sobre el río Kwai. Pero seguramente ninguno de sus vagones ha sido tan importante en la historia como el del tren del mariscal Foch utilizado para la firma del armisticio que puso fin a la gran carnicería de la Gran Guerra. En ese vagón desde luego no se gritó la mítica “¡Más madera que es la guerra!” como en el tren de los Hermanos Marx (donde tampoco se hacía), sino muy al contrario. Era el 11 de noviembre de 1918 y a las 5 horas y 12 minutos de la mañana los plenipotenciarios aliados y alemanes acordaban en el vagón el silencio de las a

Saltan las alarmas en el sector editorial español al retroceder 20 años

El desbarrancadero. Este podría ser el título del balance de la industria del libro en España que ha retrocedido 20 años en sus ingresos de facturación en el mercado interno: 2.181 millones de euros (11,7 % menos respecto a 2012, es decir, que perdió 290 millones de euros en un año). Con la diferencia de que en 1994 el sector era mucho más pequeño y empezaba su proceso de crecimiento imparable hasta 2008, cuando alcanzó la cima: 3.185 millones de euros, y se consolidó como una de las industrias editoriales más potentes del mundo. Desde entonces todo ha sido cuesta abajo. Imparable. En los últimos seis años el porcentaje acumulado de descenso en la facturación alcanza el 40,6 %, lo que en términos económicos representa 1.004 millones de euros menos, es decir, la tercera parte. Entre todas las áreas las más afectadas en las ventas son los libros científicos técnicos y universitarios (que aumentan en el libro electrónico) y la literatura de ficción y solo el e-book sube

Llega la hora de leer sin reloj

Las lecturas de verano son diferentes de las lecturas de invierno, como las de día lo son de las que hacemos por la noche. Algo en el aire y la luz que nos rodea afecta al texto y su comprehensión, y todo lector sabe que no es lo mismo leer una novela que nos deleita tendido en el pasto, al sol, que leerla acurrucado bajo una manta en la penumbra de un cuarto invernal. En verano, la relación con un libro se hace íntima, táctil, cariñosa, las páginas se contagian de la humedad de los dedos, adquieren el olor de un cuerpo, la textura de la piel humana. En cambio, bajo un cielo gris, un lector es más severo, recatado: la lectura se hace lenta, respetuosa, reflexiva. Hasta la mala literatura cambia con las estaciones: en verano, somos más indulgentes, menos atentos, y, mientras que en invierno nos mostraríamos implacables con  un libro que comienza  “Jacques Saunière, el famoso conservador, caminaba con dificultad por los pasillos del Museo del Louvre”, embobados por el calor y contento

Kaddish

El Kaddish es una plegaria del judaísmo que se reza en público y una de cuyas variantes es la oración para los difuntos. Allen Ginsberg dedica el suyo a la muerte de su madre, Naomi, una mujer cuya vida estuvo marcada por los problemas mentales.  Kaddish  es un extenso poema de tono narrativo, construido con esos versículos de vertiginosa cadencia whitmaniana ya utilizados en Aullido, con un ritmo sincopado en el que se entremezclan las imágenes urbanas, el dolor de la pérdida y los recuerdos.  Para buena parte de la crítica y de los estudiosos de la poesía de Ginsberg,  Kaddish  es su obra maestra, superior incluso al más conocido Aullido, y esta edición especial que aparece con motivo del cincuenta aniversario de su primera publicación incorpora, además de otros poemas breves que forman parte del libro, un texto del propio Ginsberg en el que explica el proceso de escritura, iniciado en París en 1958 y finalizado en Nueva York el año siguiente, y un epílogo de su biógrafo Bill

El libro infantil y juvenil sigue su caída en ventas

El milagro de ventas del libro infantil y juvenil empieza a ser historia. El sector se pregunta qué puede haber fallado, cuando eran ellos los que subían mientras el libro general descendía, y mira al recorte de compra en bibliotecas, la bajada del consumo, los cambios de hábitos lectores introducidos por lo digital y el agotamiento de los fenómenos literarios. Flop-ups ,  crossovers , álbumes ilustrados, sagas de fantasía o amores vampíricos. En la cercana época de vacas gordas, los libros para los menores parecían un campo fértil para la creación, y también para el mercado. Con la llegada de la crisis en 2008 los títulos para niños y jóvenes hacían gala de una resistencia de acero. Hasta 2012. Hace dos años (últimas cifras recogidas por la  Federación de Gremios de Editores de España , cuyos nuevos resultados generales se conocerán este lunes) las obras para menores comenzaron a caer a mayor velocidad de lo que lo hace el conjunto: un 12,4% con respecto al año anterior, frente a

Víctor del Árbol: “Voy a arañar el alma del lector”

Tardará  Víctor del Árbol  (Barcelona, 1968) un tiempo, si alguna vez se lo plantea, en hacer un libro infantil porque escribe con las vísceras, con la misma loca pasión desenfrenada de la escultura que representa ese Quijote (o Cervantes, da igual) sentando en una silla blandiendo la espada al cielo que adorna uno de los estantes de su escritorio. Justificadísimo. Lo puede comprobar desde la primera línea quien se asome al abismo de su  Un millón de gotas  (Destino) , cuarta novela, de nuevo intenso  thriller  literario a partir de una doble trama, su recurso preferido: un abogado quiere saber por qué su hermana, mosso d’esquadra, se ha suicidado mientras investigaba una red de pornografía infantil; por otro, sospecha que no supo nunca quién era su padre, dudoso héroe antifascista que vivió la URSS de la revolución… y de sus gulags, progenitor del que se revive su historia que acabará asomando por la actualidad. “Cuando escribo, vivo”, suelta Del Árbol en medio de su biblioteca,