"Probablemente en todo corazón conocido acecha un deseo de diferenciación que hace que cualquier hombre se incline, primero, a esperar y, luego, a creer que la Naturaleza le ha otorgado algo que es peculiar de él. Esta vanidad lleva a algunas mentes a albergar aversiones y, a otras, a activar deseos, hasta el momento en que el arte las eleva muy por encima de su estado original de poder. Y, como la afectación, con el tiempo, se convierte en habito, ambas acaban por convertirse en tiranos de aquel que, en un principio, solo los cultivo para aladerar" Samuel Johnson a Boswell 8 de diciembre 1763
La lectura, una orgía perfecta entre realidad y ficción